Lo intangible del medio ambiente.

Lo intangible del medio ambiente.

Celebraciones constantes, recordatorios, investigaciones, críticas, foros de líderes especialistas,  entre otras acciones que sin dejar de mencionar las rebeliones que nos involucra enfocarnos en el objetivo ‘perdido’: las necesidades urgentes de nuestro medio ambiente.

En los medios de comunicación y qué decir en los espacios educativos esas voces se replican sin ser escuchadas por la mayoría.

El 5 de junio se regala a la humanidad “Día Mundial del Medio Ambiente” en función de ser el recordatorio desde las Naciones Unidas sobre la importancia del cuidado, equilibrio y preservación para evitar afectaciones al pueblo y al desarrollo económico del mundo.    Para apreciación de todos se ha tomado relevancia a distintos nombres a las necesidades que forman parte de nuestras condiciones que nos rodean, que involucran tareas de todos para poder determinar cuál el principal síntoma por cubrir y tratar de prevenir las devastadoras consecuencias que estamos viviendo según la ecología. Pero qué paradoja podemos aplicar para justificarnos “No hay mal que por bien no venga” o tomando al filósofo Sócrates “Yo solo sé que no sé nada” porque con la inagotable indiferencia podemos llegar a “Lo que fácil viene, fácil se va” y así un sin fin de justificaciones para atender la omisión de nuestros deberes y compromisos  ¿Qué estamos haciendo para frenar el deterioro? o ¿Qué estamos creando para seguir cuidando el medio ambiente?  Cada uno podemos realizar una lista de acciones que sean funcionales, promoverlas colectivamente, o simplemente según desde lo que impacta el propio significado de “Medio ambiente”, desde aquí parte lo que regalamos al planeta Tierra y sus componentes. Que al fin ya  somos  una población informada para saber qué  es adecuado o no para todos.

 

Como sociedad ya poseemos el deber de cuidar el medio, y precisando: también nos toca unir en el núcleo del entorno inmediato siendo igual de importante  el medio ambiente en la esfera social-familiar. Poseemos, gozamos, nos servimos y vivimos de ello y para ellos. Aquí en este espacio, el equilibrio debería seguir siendo la prioridad. Llegar al ensamble exacto desde un balance ecológico y familiar.

 Son igual de impactantes sus consecuencias como sus tareas a favor.    Postergar la superioridad de ambas áreas se vive en lo inmediato, se requiere amor-orden-acción-amor. Son demasiadas la evidencias que se reflejan en el medio ambiente social que formamos todos. Aquí lo poderoso del vocablo formar, somos todos quienes unimos las piezas para diseñar y llegar a la conciencia de lo intangible de nuestro medio: el amor. Que, en ambas esferas biológica y social,  se involucran las razones de unir acciones en equidad: Cuido mi ser, cuido mi núcleo, cuido y formo mi entorno. 

Tomemos las voces del silencioso medio ambiente: qué nos dice, qué nos reclama y atendamos con los nuestros esas necesidades ¿Qué escuchas? Tal vez -¡Cuídame, necesito de ti! Lo que sea que nuestros corazones escuchen, hagamos a la par con toda la sensibilidad atender los silencios de nuestros medios ambientes y así no vivir en las paradojas.

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