Conscious Educational Practices / Prácticas Educativas Conscientes.
By: Kacey Huffman
Translated by: Andrés Rivapalacio
As educators, we must be committed to helping our students realize their full potential and achieve success as a productive member of the community. We should hold ourselves to the highest standards when it comes to healthy and constructive teaching methods.
What does this mean, exactly? Well, for starters, it is vital that we always encourage our students and never restrain them from their pursuit of learning. Learning happens in many different ways and each student has their own unique learning style.
A “one size fits all” approach to teaching is not adequate, and in many cases, can actually do more harm than good. Often teachers feel obligated to mold their students into a predetermined (and antiquated) model of achievement, undermining the unique and special qualities often exhibited by “non-traditional” learners, which arguably, are most of the students in our classrooms.
Creating and maintaining a healthy, inclusive learning environment is not an easy task! It requires us to have an extreme amount of patience and tolerance for the unexpected. We have to be willing to shift gears quickly and often in order to accommodate classroom dynamics, which can change on a daily basis. However, this does not mean teachers forgo setting boundaries and making their expectations of students clear. Obviously, students must respect classroom rules, codes of conduct, and behavior guidelines. But we must always be willing to investigate whether or not a student’s lack of respect or inappropriate classroom behavior is a symptom of a bigger problem. If many students in a classroom are
exhibiting said behaviors, the teacher must ask herself, “Is the method I am using to delinver my materials actually effective for the abilities of the students in this particular class?” We may have to make adjustments to our teaching style. This is a fluid, ongoing process of self-evaluation.
Students can shine when their efforts are recognized and praised. Our role is to help guide them as they navigate a complicated and challenging school environment. Our understanding of and respect for these complications and challenges can make all the difference in how students perceive their value and contribution to the classroom, and eventually, the greater community.
– – –
Como educadores, debemos estar comprometidos a ayudar a nuestros estudiantes a alcanzar su máximo potencial y lograr el éxito como miembros productivos de nuestra comunidad. Debemos responsabilizarnos y mantenernos a nosotros mismos en los estándares más altos cuando se refiere a métodos sanos y constructivos de la enseñanza. ¿Qué significa esto exactamente? Pues, para empezar, es vital que siempre alentemos a nuestros estudiantes y nunca les restrinjamos su deseosa búsqueda para conseguir conocimiento. El aprendizaje puede suceder de muchas diferentes maneras y cada estudiante tiene un único estilo de aprendizaje.
Un acercamiento donde se cree que un solo estilo es para todos, en muchos casos, puede hacer más daño que bien. Con frecuencia, los maestros se sienten obligados a moldear a sus estudiantes a un modelo predeterminado de lo que es el éxito, socavando las habilidades únicas e irrepetibles que con frecuencia son exhibidas por estudiantes “no tradicionales”, quienes podríamos decir, son la mayoría de nuestros estudiantes.
¡Crear y mantener un ambiente de aprendizaje saludable e inclusivo no es una tarea fácil!
Requiere que tengamos una extrema cantidad de paciencia y tolerancia para lo inesperado. Nosotros tenemos que estar dispuestos a hacer cambios rápidamente de forma rutinaria para poder acomodar el dinamismo de la clase, el cual puede cambiar día a día. Sin embargo esto no significa que nuestros maestros puedan prescindir de establecer límites y hacer que sus expectativas con sus estudiantes sean claras. Obviamente, los estudiantes deben respetar las reglas del salón, códigos de conducta y normas de comportamiento. Sin embargo, debemos siempre estar dispuestos a investigar si la falta de respeto de un estudiante, o su comportamiento inapropiado es un síntoma de un problema más grande. Si
muchos estudiantes del salón de clases están presentando dichos comportamientos, el maestro deberá preguntarse, “¿Es el método que estoy utilizando para impartir mi material efectivo para las habilidades que tienen mis estudiantes en esta clase particular?” Podríamos tener que hacer ajustes a nuestro estilo de enseñanza. La docencia es un proceso fluido y continuo de evaluarse a sí mismo. Los estudiantes pueden brillar cuando sus esfuerzos son reconocidos y celebrados. Nuestro papel es ayudarles mientras navegan en un ambiente escolar complicado y retador. Nuestro entendimiento y respeto por estas complicaciones y retos pueden hacer toda la diferencia en cómo los estudiantes perciben el valor y contribución de el salón y eventualmente a la comunidad entera.
