La Salud Mental

Nydia Rentería Barrón
LICEO UNIVERSITARIO

En el mes de octubre en nuestro país y el mundo podremos escuchar hablar en distintos espacios sobre la importancia de Día Mundial de la Salud Mental, se hace énfasis a este tema con el objetivo general de concienciar sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla. Este año, el tema escogido es La salud mental en el lugar de trabajo.

Como dato general se menciona que más de 300 millones de personas en el mundo padecen depresión, un trastorno que es la principal causa de discapacidad psicosocial. Además, muchas de ellas sufren también síntomas de ansiedad.

Según un reciente estudio dirigido por la OMS, los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial US$ 1 billón anual en pérdida de productividad. Se sabe que la globalización ha contribuido al estrés relacionado con el trabajo y a sus trastornos asociados. Una de cada cinco personas en ámbito laboral puede experimentar un trastorno de salud mental.

La salud mental es un componente esencial del bienestar integral de las personas, que influye en cómo pensamos,  sentimos y nos relacionamos con los demás. En un mundo cada vez más complejo y acelerado, el reconocimiento de la importancia de la salud mental se ha vuelto fundamental.

A medida que enfrentamos desafíos como el estrés cotidiano, la presión social y las incertidumbres globales, se hace imperativo no solo abordar los trastornos mentales, sino también fomentar un estado de bienestar emocional.

La salud mental cuando no se logra afecta a personas de todas las edades, es por ello que damos la importancia el día de hoy para que como padres de familia y educadores hablemos con responsabilidad y sensibilidad lo que conlleva el llegar a lograr ante nuestros hijos y alumnos el conocer y practicar acciones que encaminen a obtener Salud Mental.

La Salud Mental: Una Prioridad Colectiva Es un tema que ha ganado visibilidad es un estado de bienestar emocional, psicológico y social. Afecta cómo pensamos, sentimos y nos relacionamos con los demás, lo que la convierte en un aspecto esencial de nuestra vida cotidiana. Es necesario tomar en cuenta que podemos iniciar desde nuestro hogar la idea de fomentar una cultura donde hablar de salud mental sea tan natural como hablar de salud física.

La educación y la sensibilización son herramientas poderosas que pueden transformar la percepción social y alentar a quienes necesitan ayuda a buscarla.

La salud mental debe ser una prioridad colectiva. Todos tenemos un papel que desempeñar, ya sea apoyando a alguien cercano, promoviendo la educación sobre el tema o defendiendo políticas que prioricen el bienestar mental en nuestras comunidades. Al hacerlo, no solo mejoramos nuestras propias vidas, sino que también contribuimos a un entorno más saludable y compasivo para todos.

Ante la importancia de iniciar a promover acciones como padres y educadores qué se puede realizar desde el contexto inmediato a favor de la Salud Mental, se describen algunas sugerencias.

Fomentar la Comunicación Abierta. Crear un entorno donde los jóvenes se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y emociones. Escuchar sin juzgar es fundamental.

Promover el Autocuidado. Animar a los jóvenes a practicar técnicas de autocuidado, como la meditación, el ejercicio, una alimentación equilibrada y un sueño adecuado.

Crear Redes de Apoyo. Fomentar la formación de grupos de apoyo y actividades extracurriculares donde los jóvenes puedan socializar y construir amistades.

Limitar el uso de redes sociales. Incentivar un uso saludable de las redes sociales, estableciendo límites y promoviendo el tiempo fuera de línea para reducir la comparación social.

Acceso a Recursos de Salud Mental. Asegurarse de que los jóvenes conozcan los recursos disponibles, como consejeros escolares y líneas de ayuda, y que se sientan cómodos utilizándolos.

Fomentar Actividades Creativas. Incluir actividades artísticas y creativas que permitan a los jóvenes expresarse y procesar sus emociones de manera saludable.

Desarrollar Habilidades de Resiliencia. Enseñar a los jóvenes a enfrentar desafíos, estableciendo metas realistas y estrategias para superar obstáculos.

Promover el Voluntariado. Involucrar a los jóvenes en actividades de voluntariado para fomentar un sentido de propósito y conexión con la comunidad.

Lo que como sociedad activa ante este tema se pretende, es que seamos empáticos brindando herramientas del autocuidado para obtener calidad de vida y productividad.

Como educadores y padres podemos aportar a crear un entorno más saludable y solidario para los jóvenes, permitiéndoles prosperar emocionalmente y desarrollar habilidades que les servirán a lo largo de su vida para construir entornos resilientes y compasivos, donde cada uno pueda prosperar y alcanzar su máximo potencial. Involucrémonos y hagamos que esto sea posible.

Nydia Rentería Barrón
LICEO UNIVERSITARIO

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